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La Importancia de las Enzimas en Nuestra Salud

La Importancia 
de las Enzimas en Nuestra Salud  
                                                                                                                                                              El uso de enzimas digestivas para el tratamiento de enfermedades data de mucho tiempo atrás. 
Los mayas y otros pueblos aplicaban hojas de papaya, que contienen una enzima denominada papaína, en ulceraciones malignas. Pero fue a principios del siglo XX cuando investigadores alemanes descubrieron que ciertas disfunciones del organismo estaban relacionadas con la actividad de las enzimas. El jugo pancreático, rico en enzimas, se empezó a usar entonces para el tratamiento del cáncer. Hoy, la enzimoterapia, nombre que recibe el uso terapéutico de enzimas, se utiliza cada vez más en tratamientos para mejorar las digestiones, absorción más efectiva de los nutrientes de la alimentación, combatir a los virus, potencializar el sistema inmunológico, acelerar la curación de las heridas y suprimir los mecanismos inflamatorios.
Existen dos clases diferentes de enzimas; las digestivas, que nos ayudan a descomponer y asimilar la comida y sus nutrientes, y las enzimas metabólicas, que tienen un papel fundamental en el mantenimiento de los procesos vitales. Pero, además, los alimentos crudos nos proporcionan también enzimas que nos ayudan a digerir los alimentos.
Los órganos digestivos como el páncreas y el hígado son los encargados de producir la mayoría de las enzimas digestivas, y el resto deben ser aportadas por alimentos frescos no cocinados, como frutas, verduras crudas, germinados, algas, semillas y nueces, productos lácteos no pasteurizados y suplementos de enzimas. Cuando la dieta es pobre en enzimas, el páncreas tiene que hacer un esfuerzo mayor para producir enzimas digestivas. Si el páncreas está trabajando en exceso, se produce una deficiencia de enzimas metabólicas vitales para el buen desarrollo de todas las funciones celulares.  

¿Para que sirven los suplementos de enzimas?
Tomadas junto a los alimentos, las enzimas mejoran la digestión de las proteínas, carbohidratos y grasas y están indicadas en los siguientes tratamientos:
  • Obesidad, fibrosis quística: enzimas pancreaticas, lipasa, bilis de buey
  • Flatulencia, hinchazón abdominal: enzimas pancreáticas, amilasa.
  • Asma, eccema, alergias, síndrome del colon irritable: pepsina, betaína clorhidrato, enzimas pancreáticas
Tomadas fuera de las comidas están indicadas en:
  • SIDA: pancreatina, papaina, lipasa, amilasa, bromelina, tripsina y quimiotripsina, junto con bioflavonoides.
  • Verrugas, herpes zoster: tripsina, quimiotripsina, proteasa.
  • Cáncer: pancreatina, pepsina, betaína clorhidrato, bromelina, papaína, tripsina, qumiotripsina, lipasa, amilasa
  • Tumores benignos de mama: enzimas proteolíticas junto con vitamina E.
  • Esclerois multiple: pancreatina con ácidos grasos esenciales.
Finalmente las enzimas proteolíticas tomadas fuera de las comidas pueden mejorar las afecciones vasculares, tratar heridas, disminuir la inflamación, mejorar la artrosis y los reumatismos.  

Alimentos frescos y crudos
Las enzimas se encuentran en los alimentos frescos y crudos y son muy sensibles al calor: se destruyen a temperaturas a partir de 30ºC. Freir los alimentos es, en este sentido, uno de los peores métodos de cocción ya que se emplean temperaturas muy elevadas. Ocurre lo mismo con la pasteurización, el enlatado y los microondas, por las altas temperaturas.
Una dieta a base de alimentos cocinados y procesados obliga al páncreas a segregar mayor cantidad de enzimas digestivas, y por tanto dedica menos energía a producir enzimas metabólicas lo que a la larga lleva a un agotamiento enzimático.
No es sin embargo, necesario seguir una dieta estrictamente crudívora, pero si es importante incluir cada día alimentos no desnaturalizados y ricos en enzimas vivas como frutas y verduras frescas, germinados, algas, semillas, frutos secos y productos lácteos no pasteurizados. Una alimentación integral, biológica, rica en verduras y frutas frescas es a su vez rica en minerales y vitaminas, nutrientes necesarios para que el organismo produzca sus propias enzimas mas eficientemente*.
Artículo escrito por:
Elena Perea
Nutricionista ortomolecular